jueves, julio 13, 2006

VI.- Los caminos de la piel.

Hay, dice Sombra, caminos y modos de caminar la piel que la madrugada arropa.

Está quien la recorre con torpeza, guiado por su sola y solitaria ansia.

Está quien la acaricia mecánicamente, como repitiendo una lección mal aprendida.

Está quien trata de recordarse, buscando un espejo que le devuelva la imagen propia.

Y está quien la camina como si fuera la primera y última vez, preguntando “¿aquí? ¿así?”, buscando lo que no existe… hasta que se encuentra.

De madrugada trata Sombra de construir puentes con palabras y hechos. No deja de dolerle su dolor ni duele menos; pero es otro dolor, uno que ayuda a caminar y a pensar en otro mañana.

Porque, dice Sombra mientras se amarra las botas, no sólo con labios y piel se besa y abraza a la luz que hace falta, también con las letras y suspiros que nube se hacen en la madrugada…